El alma sonora es una instalación, con líneas de cucharas pendientes del techo, que al entrar en movimiento transmiten vibraciones a un sistema principal, con el objetivo de generar una composición sonora, tomando como base sonidos pregrabados (samples), a partir de los niveles de vibración recibida en cada una de estas líneas, y procesados con una síntesis granular. La pieza busca evidenciar al elemento audible —independiente, único, atómico— como parte imprescindible en la conformación sonora del individuo de manera natural, y toma cucharas como referencia a aquello que fracciona y reparte la materia sonora en el cuerpo y el espacio. In situ, la instalación se concibe como un espacio de energización tonante, un lugar que invita al público participante a reflexionar acerca de estos pequeños segmentos de sonidos, resultado de la interacción en su relación con las cucharas y el espacio a través de vibraciones. Propone al público tomar consciencia de la generación de dichos sonidos de acuerdo con el nivel de relación que logre respecto a este cuerpo sonoro.
Aquí puedes descargar el libro que realicé como parte de la presentación de la obra.